Cookies de chocolate blanco y arándanos

Cookies de chocolate blanco y arándanos.

Llegó septiembre, y con él para la mayoría de los mortales el fin de las vacaciones, la vuelta al cole y el fin del verano. Así que eso supone el fin de las barbacoas y los helados y vuelta a preparar los tuppers para el trabajo. las meriendas para el cole... Y eso también nos encanta porque... ¡vuelve la época del horno! ¡Y de las galletas! Así que id encendiendo vuestros hornos porque con estas cookies de arándanos y chocolate blanco damos por inaugurada la nueva temporada de otoño. 

¿Qué necesito?

125 gr de mantequilla a temperatura ambiente
90 gr de azúcar moreno
2 huevos
200 gr de harina
1/2 cucharadita de sal
1/4 cucharadita de levadura en polvo
50 gr de chocolate blanco
35 gr de arándanos secos

¿Cómo lo hago?

Ponemos en un bol la mantequilla a temperatura ambiente cortada en dados junto con el azúcar blanco y el moreno y batimos bien con unas varillas eléctricas hasta obtener una crema. Añadimos el huevo y volvemos a batir bien. Agregamos la harina, la sal y la levadura en polvo y mezclamos todo, siempre con ayuda de la batidora, hasta obtener una masa homogénea y lisa.


Picamos el choocltae blanco en trocitos más o menos pequeños. A nosotras nos gusta que se noten en la galleta y que sean irregulares para que les den un toque más casero.


Añadimos el chocolate blanco picado y los arándanos a la masa y removemos con ayuda de una espátula para repartir todo uniformemente. Formamos una bola de masa y la cubrimos con papel film. Dejamos reposar la masa un par de horas en la nevera, o si lo preferimos por cuestiones de agenda, incluso toda la noche.


Ahora que la masa ya ha reposado, vamos cogiendo con una cuchara pequeñas porciones de masa y formamos una especie de bolas, que iremos colocando en la placa del horno cubierta con papel sulfurado. Aseguraos de dejar distancia suficiente entre unas galletas y otras porque durante la cocción se derretirán y ocuparán bastante espacio.


Cocemos las galletas durante 12-15 minutos, dependiendo del tamaño de las bolas, en el horno precalentado a 170º C. Cuando los bordes estén doraditos estarán listas y podremos retirarlas y dejarlas reposar sobre una rejilla. Recordad que si conseguís no coméroslas todas el mismo día, en un recipiente hermético se conservan perfectamente varios días. ¡Ñam, ñam!


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