Migliaccio napolitano: tarta de queso y sémola

Tarta de queso y sémola: migliaccio napolitano.


Se acerca el Carnaval y hoy hemos decidido traeros un dulce poco conocido pero no por ello menos bueno: el migliaccio. Se trata de una tarta típica de Nápoles que se prepara especialmente en esta época, aunque hoy en día se puede encontrar durante todo el año en las pastelerías de la ciudad. 
La repostería napolitana, junto con la siciliana son mi perdición y las responsables de los quilos de más que me traigo cada vez que visito esas tierras. Así que mi recomendación, si queréis preparar un dulce diferente, es que os adentréis en ellas. Y para muestra, un botón. 
Esta tarta de queso tiene un sabor y una textura delicadísimas. Cuando la preparéis, la casa olerá a las mil maravillas y en cuanto la sirváis no podréis parar de comer hasta que se acabe. Si no, ya me contaréis.

¿Qué necesito?

1/2 litro de agua
1/2 litro de leche entera
55 gr de mantequilla
200 gr de sémola de trigo
La monda de un limón
4 huevos
200 gr de azúcar blanco
350 gr de queso ricotta
50 gr de azúcar avainillado
75 gr de fruta escarchada

¿Cómo lo hago?

Primero vamos a preparar la sémola ya que para hacer la masa tiene que estar fría. 
Ponemos una olla al fuego con el agua, la leche, la mantequilla y la monda de limón. Cuando empiece a hervir, bajamos el fuego al mínimo, retiramos la monda de limón y echamos poco a poco la sémola revolviendo todo el tiempo. Continuamos revolviendo durante un par de minutos hasta que tenga la textura de un puré de patata. Reservamos.


En un bol grande batimos, con la ayuda de una batidora de varillas, los huevos con el azúcar (normal y avainillado) hasta que los ingredientes estén incorporados perfectamente. Añadimos la ricotta y seguimos batiendo hasta conseguir una masa homogénea.
Precalentamos el horno a 180º.
Cuando la sémola esté fría, la vertemos en el bol y añadimos la fruta escarchada (que habremos picado en trocitos pequeños). Batimos todo bien.


Engrasamos un molde (para estas cantidades hemos usado uno de 22 cm de diámetro) con mantequilla y espolvoreamos el interior con harina (retirando la sobrante) y vertemos la masa dentro.


Horneamos durante una hora más o menos o hasta que, al pincharlo, el palillo salga limpio y la superficie esté doradita.


Dejamos enfriar, desmoldamos y... ¡al ataque!


¿Qué más necesito saber?

Si no tenéis azúcar avainillado podéis poner los 250 gr de azúcar blanco y añadir a la masa un par de gotas de esencia de vainilla o bien cocer en la leche, junto con la monda de limón, una vaina de vainilla (recordad sacarla antes de añadir la sémola).
El queso ricotta se puede sustituir perfectamente por requesón o, mejor todavía, por queso quark (que hoy en día es facilísimo de encontrar en cualquier super).
Si usáis un molde más grande, el tiempo de horneado será menor. Si, por el contrario tenéis solo moldes más pequeños, os recomendamos que hagáis menos cantidad. 
Si veis que la superficie se empieza a dorar bastante pero la tarta aún no está hecha, cubridla con papel de plata.

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