Empanada de zamburiñas.
Los rellenos de la empanada son muchísimos y yo soy fan de todas ellos. Pero como buena gallega, hay un lugar especial en mi corazoncito para las empanadas de marisco. En este caso, preparé quizá la más popular, la de zamburiñas y, qué os voy a decir, fue visto y no visto.
Si os dais una vuelta por Galicia descubriréis que hay formas muy diferentes de preparar la masa de la empanada: con masa de pan, de hojaldre, de maíz, pero, en mi zona, la empanada se hace con una masa especial que solo usamos para ella. Esta en concreto que os enseño aquí no es una receta mía sino que me la pasó una amiga (yo normalmente la hacía con un poco de vino), pero desde que empecé a prepararla, se ha convertido en una de mis favoritas.
Si os gustan las empanadas, en nuestra sección de entrantes tenéis algunas recetas más. No os las perdáis.
Bueno, ¿nos ponemos manos a la obra?
¿Qué necesito?
Para la masa
100 gr de harina de centeno integral
185 ml de aceite de freír las cebollas
185 ml de agua
Pimentón dulce
Sal
1 huevo para barnizar
Para el relleno
1/2 kg de zamburiñas sin concha
3 cebollas grandes
1/2 pimiento rojo
Sal
Aceite de oliva suave
¿Cómo lo hago?
Lo primero que tenemos que hacer es pelar y picar las cebollas como si fuera para tortilla. Después lavamos y cortamos el pimiento rojo en tiras finas y no muy grandes. Ponemos todo en una sartén con abundante aceite de oliva y un poco de sal y dejamos pochar todo a fuego lento hasta que la cebolla esté transparente y muy blandita.
Justo antes de apagar el fuego, añadimos una cucharada de pimentón dulce y revolvemos bien para que se disuelva.
Con ayuda de un colador, separamos la verdura del aceite ya que vamos a usar este último en la masa.
Mientras se hace la cebolla, podemos lavar con cuidado las zamburiñas prestando mucha atención a que no tengan arenas. Escurrimos el marisco y reservamos.
Para la masa, mezclamos los ingredientes líquidos. Después, en una superficie limpia y enharinada, formamos un volcán con la mezcla de las harinas de trigo y de centeno y la sal y vamos añadiendo poco a poco la mezcla de aceite y agua hasta formar una masa homogénea.
Formamos una bola y dejamos reposar envuelta en un paño durante media hora. Mientras tanto, ponemos el horno a precalentar el horno a 250º.
Pasado este tiempo de reposo, dividimos la masa en dos y, en una superficie enharinada, estiramos una de ellas hasta que tenga el tamaño de la bandeja en la que la vamos a hornear. Colocamos la masa con cuidado en dicha bandeja, cubrimos con la cebolla y el pimiento que teníamos reservado y encima ponemos las zamburiñas crudas.
Amasamos de igual forma la otra mitad de la masa y la colocamos tapando la empanada. Con los dedos, vamos cerrando el perímetro y hacemos un agujerito en el medio que servirá para que la empanada respire en el horno.
Batimos el huevo y, con la ayuda de un pincel de cocina, barnizamos bien toda la empanada.
Por último, pinchamos la masa con un tenedor por toda la superficie para evitar que se formen burbujas.
Bajamos la temperatura del horno a 210º y horneamos durante 30 o 40 minutos en la parte baja del horno.
Solo queda dejarla enfriar y, ¡a ponerse las botas!
¿Qué más necesito saber?
- Las zamburiñas son un marisco exquisito, pero también caro. Para que esta empanada no suponga un desembolso excesivo, podéis usar zamburiñas congeladas, que son mucho más baratas. Suelen venir sin cáscara y limpias. El resultado es exquisito también.
- Por supuesto, esta receta vale para otros tipos de marisco como berberechos, almejas, volandeiras, etc. Eso queda a gusto del chef y de su público 😉
- Esta masa está muy buena siempre, pero si podéis conseguir harinas artesanas o de buena calidad, entonces la receta mejora de forma espectacular. En este caso yo use harina de trigo callobre, que es una variedad autóctona gallega molida de forma artesanal y una harina de centeno integral tambien artesanal.
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