Bruschetta de provolone

Bruschetta de provolone.


Este plato no puede ser más fácil, ya veréis.  
Si conocéis la bruschetta tradicional, sabréis que es un entrate típico italiano supersabroso hecho con un una rodaja de pan sobre la que se ponen, entre otras cosas, tomate picado y albahaca. 
Pues siguiendo esta idea me decidí a cambiar el pan por un queso italiano que fundiera bien pero que no se quedara muy líquido (amantes del pan, que no cunda el pánico que el pan lo usaremos para acompañar o como plato). 
Como variante, está requetebueno y es perfecto como cena o picoteo con una cervecita o un vino, eso lo dejo a vuestra elección.

¿Qué necesito?

1 loncha de queso provolone de unos 2 cm de grosor
Tomates cherry de calidad
Aceitunas negras
Albahaca, fresca o seca.
Pimienta negra recién molida 

¿Cómo lo hago?

Precalentamos al horno a 180º.
Mientras se calienta, lavamos y cortamos en rodajas los tomates. Picamos también las aceitunas.
Colocamos la rodaja de queso en una cazuela de barro y sobre ella, ponemos los tomates y las aceitunas. Por último, espolvoreamos las especias por encima.


Metemos en el horno durante unos 15 minutos o hasta cuando veáis que el provolone está completamente fundido.
Para comerla, podemos cortar el queso como si fuera una tarta y ponerlo sobre una rodaja de pan.


¿Qué más necesito saber?

La bruschetta tradicional lleva, además, un poco de aceite pero, como el provolone ya es un queso bastante graso de por sí, me parece que no es necesario añadir más leña al fuego para no convertirlo en un plato pesadísimo.

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