Tarta de chocolate Guinness.
¿Qué necesito?
250 ml de cerveza negra Guinness250 gr de mantequilla
75 gr de cacao en polvo
400 gr de azúcar
150 ml de nata líquida para montar
2 huevos grandes
275 gr de harina para repostería
1 cucharada de extracto de vainilla
2,5 cucharadas de bicarbonato
Para el frosting:
250 gr de queso de untar tipo philadelphia
125 gr de azúcar glas
ml de nata líquida para montar
¿Cómo lo hago?
En un bol mezclamos todos los ingredientes secos, es decir, la harina, el azúcar, el cacao y el bicarbonato. Removemos con unas varillas hasta que se mezcle bien todo. Reservamos.
Ponemos la cerveza junto con la mantequilla cortada en dados pequeños en un cazo a fuego medio y removemos hasta que se derrita, sin dejar que hierva la mezcla. En cuanto se haya derretido la mantequilla retiramos el cazo del fuego.
Batimos la nata líquida, los huevos y la vainilla con unas varillas eléctricas hasta conseguir una mezcla homogénea y la incorporamos al cazo con la cerveza. Batimos hasta conseguir que se integre perfectamente a la mezcla anterior.
Agregamos la mezcla líquida al bol de los ingredientes secos poco a poco y removemos hasta obtener una masa de aspecto chocolateado lisa y homogénea (y que es de una consistencia muy líquida).
Vertemos la masa en un molde engrasado y enharanido y horneamos el bizcocho a 180º durante 45 minutos. Comprobad con un palillo que la cocción es correcta, porque ya sabéis que puede variar dependiendo del horno.
Mientras se cocina el bizcocho vamos a preparar el frosting que cubrirá la tarta simulando la espuma de la cerveza guinness. Primeramente, montamos la nata con ayuda de unas varillas eléctricas. Por otro lado, en un bol colocamos el queso crema junto con el azúcar glas y batimos ambos ingredientes hasta que se mezclen bien. Incorporamos al queso la nata montada poco a poco y con movimientos suaves y envolventes para que no se destruya el aire de la nata. Reservamos el frosting en la nevera.
Cuando el bizcocho esté listo lo retiramos del horno, esperamos a que se enfrié un poco antes de desmoldarlo y lo dejamos reposar sobre una rejilla hasta que enfríe completamente. Una vez frío, antes de servirlo, cubrimos el bizcocho con el frosting por la parte superior y dejando que se escurra un poco por los lados, simulando el efecto de la espuma de la cerveza.
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