La tarta que hemos preparado para hoy no solo está buenísima sino que es uno de esos dulces que se comen ya con los ojos y es que parece sacada de un cuento o una película, ¿no creéis?
Además es tan fácil de hacer que no hay excusa para no meterse en la cocina a prepararla.
¿Qué necesito?
Para la masa:
Para el relleno:
500 grs. de fresas
100 grs. de azúcar blanco
100 grs. de azúcar moreno
2 cucharadas de maizena
2 cucharadas de zumo de naranja natural
1/8 de cucharadita de jengibre molido
1 huevo
Un poco de azúcar más
¿Cómo lo hago?
Lo primero es preparar la masa quebrada de la tarta (aquí os explicamos cómo). Es una receta muy sencilla pero que requiere estar atentos. Si no os veis con ganas de poneros a amasar, siempre podéis comprarla hecha en la sección de refrigerados del supermercado.
Si la compráis, mejor dos placas que una. Si la hacéis, recordad hacer suficiente cantidad (más o menos el doble) ya que dividiremos la bola de masa en dos porque la necesitamos para la base pero también para cubrir la tarta.
Una vez que tenemos la masa lista, vamos a hacer el relleno. Para ello primero tenemos que lavar las fresas y cortarlas en trozos no muy pequeños (para que no se deshagan del todo en el horno). Una vez cortadas las ponemos en un bol y añadimos el azúcar (blanco y moreno), la maizena, el zumo de naranja y el jengibre. Revolvemos todo bien hasta que la maicena se disuelva y dejamos reposar durante 10 minutos.
En este tiempo vamos a cortar las tiras de masa para la presentación en rejilla. Estiramos la bola de masa que habíamos reservado y con la ayuda de un cortador de pizza o de un cuchillo, cortamos tiras horizontales de unos dos centímetros de ancho (el número exacto de tiras dependerá del diámetro de vuestro molde. Yo he necesitado 15).
Pasados los 10 minutos, las fresas habrán soltado bastante líquido y tendrán este aspecto:
Vertemos el relleno encima de la base.
Ahora vamos a hacer la rejilla. Es un procedimiento muy fácil pero vamos a ir paso a paso:
Vertemos el relleno encima de la base.
Ahora vamos a hacer la rejilla. Es un procedimiento muy fácil pero vamos a ir paso a paso:
1. Colocamos las tiras horizontales
2. Doblamos sobre si mismas (más o menos por la mitad) tiras alternas.
3. Colocamos una tira vertical en el medio y desdoblamos las tiras.
4. Doblamos las tiras que estaban antes estiradas.
5. Colocamos otra tira vertical.
6. Repetimos la operación hasta llegar al borde del molde.
7. Hacemos lo mismo por el lado izquierdo de la tarta.
8. Recortamos la parte sobrante de las tiras y cerramos la tarta metiéndolas entre la base y el molde.
Solo queda batir el huevo para barnizar la masa con la ayuda de un pincel de cocina.
2. Doblamos sobre si mismas (más o menos por la mitad) tiras alternas.
3. Colocamos una tira vertical en el medio y desdoblamos las tiras.
4. Doblamos las tiras que estaban antes estiradas.
5. Colocamos otra tira vertical.
6. Repetimos la operación hasta llegar al borde del molde.
7. Hacemos lo mismo por el lado izquierdo de la tarta.
8. Recortamos la parte sobrante de las tiras y cerramos la tarta metiéndolas entre la base y el molde.
Solo queda batir el huevo para barnizar la masa con la ayuda de un pincel de cocina.
Horneamos a 180º durante unos 45 o 50 minutos y a disfrutar con esta delicia.
¡Preciosa! Tienes razón, entra por los ojos apenas la ves, y teniendo unas fresas tan ricas como las que tenemos ahora, merece la pena prepararla :) Te ha quedado una tarta estupenda.
ResponderEliminar¡Feliz fin de semana!
¡Muchas gracias, Debora! A mí las fresas me pierden y si además están de temporada, como ahora, me resulta imposible resistirme.
Eliminar¡Buen fin de semana a ti también!