Los que le deis al inglés ya os imaginaréis qué tiene de especial esta tarta. Para los que, como nosotras, no vamos mucho más allá del "I'm Muzzy, big Muzzy" os contaremos que, básicamente, se trata de una tarta agujereada.
Así dicho os parecerá una idea un poco rara pero si os decimos que en estos agujeros se mete un relleno y que de esta forma relleno y bizcocho se mezclan muy bien y parecen todo uno, seguro que ya os empieza a gustar la idea, ¿verdad?
Pues manos a la obra.
¿Qué necesito?
250 grs. de harina normal
150 grs. de mantequilla
30 grs. de cacao puro en polvo
400 grs. de azúcar
2 huevos
125 grs. de nata agria
200 ml. de agua
1 pizca de sal
Un par de gotas de aroma de vainilla
1 cucharita de bicarbonato
Mermelada de naranja
500 ml. de nata para montar
4 cucharadas de azúcar
1 cucharada de queso en crema
¿Cómo lo hago?
Para empezar, precalentamos el horno a 180º.
En un bol grande echamos la harina tamizada, el bicarbonato y la sal.
Por otro lado ponemos al fuego un cazo con el agua, la mantequilla y el cacao. Revolvemos de vez en cuando y calentamos, sin dejar que hierva, hasta que la mantequilla esté totalmente derretida. Retiramos del fuego.
Una vez fuera del fuego añadimos el azúcar, los huevos ya batidos y la nata agria y revolvemos bien (podéis usar una batidora) para que no quede ningún grumo.
Por último, vamos echando poco a poco la mezcla de cacao a la harina revolviendo con brío para que se mezcle todo bien y tengamos una masa homogénea.
Vertemos la masa en un molde, en este caso hemos usado una forma rectangular pero, obviamente, valdría casi cualquier molde. Lo que sí tenéis que tener en cuenta es que el bizcocho no debe ser alto, así que no uséis moldes pequeños o, si lo hacéis, disminuid la cantidad de masa.
Metemos el bizcocho en el horno y lo dejamos durante 20 minutos o hasta que, al pincharlo, la varilla salga limpia.
Una vez pasado este tiempo, lo sacamos y lo dejamos enfriar.
Cuando esté frío lo desmoldamos y con la ayuda del mango de una cuchara o un tenedor, hacemos agujeros (profundos pero que no lleguen al fondo) por toda la superficie.
A continuación, usando una cucharilla, introducimos la mermelada en los agujeros y después cubrimos toda la superficie del bizcocho con una capa fina de ella.
Por último montamos el 1/2 litro de nata con las 4 cucharadas de azúcar y el queso en crema. El queso lo añadimos para que la nata no se baje y esté siempre como recién montada, vamos, como la de las pastelerías.
Cuando la tengamos lista, extendemos una capa generosa por encima de la mermelada y metemos la tarta en la nevera para que la nata coja cuerpo.
Para decorar nosotras hemos usado unas raspaduras de chocolate pero también se puede usar cacao en polvo, fruta o lo que más os apetezca.
Ahora solo queda disfrutar de la exquisita combinación de sabores.
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