Łukasz es un profesor de español que viene de las
frías tierras de Polonia. Si algo llama
la atención de este país, aparte de su belleza, es su gran tradición repostera
por lo que, como buen polaco, es todo un maestro pastelero. Las celebraciones en su casa
tienen dos protagonistas, él y sus tartas, que se caracterizan por ser
refinadas y exquisitas, tanto que nos parecerá estar en una cena de la realeza.
Uno de los postres
que más éxito tienen entre sus invitados es la famosa tarta Pavlova, que recibe
su nombre por la bailarina Anna Pavlova para quien fue preparada por primera
vez.
Esta tarta es muy
fácil de hacer pero hay que seguir los pasos al pie de la letra para que el
resultado sea bueno.
¿Qué necesito?
6 claras de huevo
½ kilo de azúcar
glas
1 pizca de sal
250 ml de nata para
montar (35% de materia grasa)
1 cucharada de
azúcar glas
1 cucharada de
azúcar avainillado
Frutas del bosque
¿Cómo lo hago?
Para empezar,
montamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal a velocidad baja.
Las claras deben
estar a temperatura ambiente, es decir unas 8 horas antes, hay que sacarlas de
la nevera. Mientras las batimos vamos añadiendo poco a poco el azúcar y
progresivamente podemos ir aumentando la
velocidad.
Precalentamos el
horno a 150º.
Cuando tengamos el
merengue listo colocamos una hoja de papel de horno sobre la placa donde vamos
a hornear la tarta y dibujamos un círculo, que nos va a servir de guía.
Colocamos el merengue dentro del dibujo volcando el bol encima y después
dándole forma con la base de una cuchara hasta que cubramos el círculo sin
salirnos.
Metemos el merengue
en el horno e inmediatamente bajamos la temperatura a 110º y cocemos durante 90
minutos más o menos.
Pasado este tiempo,
apagamos el horno pero dejamos secarse el merengue dentro con la puerta cerrada
hasta que se enfríe (esto puede llevar bien un par de horas, así que nada de
curiosear abriendo el horno cada 15 minutos).
Cuando el merengue
esté totalmente frío y se aproxime el momento de servir la tarta, nos
preparamos para decorarla. Montamos la nata (que tiene que estar fría. Si
tenéis espacio, lo ideal es meter el bol y las varillas también en la nevera) con
las dos cucharadas de azúcar (glas y avainillado).
Ponemos una capa
generosa de nata encima del merengue y como toque final, las frutas del bosque sobre la nata (también
es muy típica la Pavlova con fresas).
Ahora solo queda ver las caras de asombro de los
invitados cuando te vean llegar a la mesa con ella.
Si eres un cocinero o un cocinillas y tienes un plato especial en tu recetario que causa sensación, mándanos un email a contacto.chefinchief@gmail.com y participa en nuestra sección Mystery chef como cocinero invitado. Solo tienes que mandarnos la receta y un par de fotos chulas. ¡Ah! y no te olvides de contarnos algo sobre ti.
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