Cookies con mantequilla de cacahuete


Solo aptas para golosos, estas galletas son una variación de las cookies clásicas pero no por ello están menos buenas. Además tienen una textura crujiente por fuera y blandita por dentro que es una delicia.
Aunque en España la mantequilla de cacahuete no es un ingrediente muy popular, la verdad es que le da un sabor exquisito a estas galletas así que os recomendamos probarlas, eso sí, con moderación porque son bastante pesadas.

¿Qué necesito? (para más o menos 50 galletas)

150 grs. de mantequilla
250 grs. de mantequilla de cacahuete
2 huevos
375 grs. de harina
250 grs. de azúcar blanco
250 grs. de azúcar moreno
1 cucharilla de levadura
1 cucharilla de bicarbonato
1/2 cucharilla de sal
1 chorro de leche
1 bolsita de pepitas de chocolate

¿Cómo lo hago?

Para empezar, precalentamos el horno a 180º. 
Mientras se calienta el horno, mezclamos en un bol la mantequilla derretida, la mantequilla de cacahuete y el azúcar. Cuando tengamos una mezcla homogénea, añadimos los huevos, previamente batidos y continuamos removiendo hasta que estén totalmente incorporados.
En otro bol, mezclamos la harina, la levadura, el bicarbonato y la sal y añadimos esta mezcla poco a poco a la de las mantequillas, que ya teníamos. Mezclamos bien hasta crear una pasta.
Vais a ver que la masa queda muy seca y resulta difícil de trabajar, así que en ese momento añadiremos el chorro de leche. Seguimos removiendo y cuando la masa esté lista metemos las pepitas de chocolate, mezclamos todo bien y ¡listo!


Ha llegado la hora de hornear. Cubrimos la bandeja del horno con papel y con la ayuda de dos cucharas vamos colocando pequeñas bolitas en la bandeja (si queréis podéis aplastarlas ligeramente con un tenedor). Recordad que tenéis que dejar espacio entre una bolita y otra porque la masa se expandirá con el calor. Ponemos la bandeja a altura media y horneamos durante 15 minutos. 

Después de este tiempo os parecerá que las galletas aún no están listas porque son muy blanditas, no os preocupéis, las sacamos del horno con mucho cuidado y las colocamos sobre una superficie lisa para que enfríen y se endurezcan un poco.
Ahora solo queda esperar a que estén frías para comerlas, que no es tarea fácil.





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