La tarte Tatin es una tarta invertida, pues se realiza al revés. La leyenda cuenta que fue inventada por error en el siglo XIX, cuando las hermanas Carolina y Estefanía Tatin se equivocaron en el orden de los ingredientes cuando intentaban preparar una tarza de manzana en un pequeño hotelito en Sologne (Francia). La preparación tradicional suele hacerse con manzana. Nosotros hoy os traemos una receta con fruta de temporada, sabrosos melocotones.
¿Qué necesito?
Para el melocotón confitado:
4 melocotones frescos
50 gr. de azúcar
25 gr. de mantequilla
2 cucharadas de agua
Canela
Pizca de azúcar glas
Para la masa:
150 gr. de harina
100 gr. de mantequilla
1 huevo
Sal
3 cucharadas de agua
¿Cómo lo hago?
Primeramente, vamos a preparar la
masa. Se trata de una pasta quebrada, así que vamos a necesitar
que la
mantequilla esté en punto pomada. Formamos un volcán con la harina y la sal y
colocamos la mantequilla cortada en dados en su centro y mezclamos ambos
ingredientes hasta obtener una especie de granulado. Podemos frotar los dos
ingredientes entre las palmas de las manos hasta que la mantequilla haya
absorbido toda la harina. A continuación, formamos una especie de aro con ese
granulado resultante y en su interior colocamos el huevo y un par de cucharadas
de agua. Mezclamos todos los ingredientes hasta que liguen, procurando no
trabajar mucho la masa para que no se derrita la mantequilla. Cubrimos con un
film la masa y la dejamos reposar (opcionalmente en la nevera) mientras
preparamos el resto de ingredientes.


Mientras, untamos de mantequilla
nuestro molde y lo espolvoreamos con azúcar glas. Estiramos la masa y cortamos
un círculo de la circunferencia de nuestro molde de unos 4mm de espesor.
Con ayuda de dos cucharas o unas
pinzas, disponemos los gajos de melocotón confitados en el fondo del molde.
Espolvoreamos con canela. Y,
por último, colocamos nuestro círculo de masa
encima, intentando introducir hacia el interior los bordes de la masa con ayuda
de una cuchara. Realizamos unos cortes con un cuchillo en la masa y lo
horneamos durante 30 minutos en nuestro horno precalentado a 180ªC. Cuando la
masa esté un poco dorada, lo retiramos, lo dejamos enfriar y lo desmoldamos
dándole la vuelta.

Recomendamos comer esta tarta
templada. Para los más golosos, podéis acompañarla de una bola de helado o un
poco de nata montada. ¡Esperamos que os guste!
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