Dicen que los mejores perfumes vienen siempre en frascos más pequeños. Pues con estos pastelitos me parece que ocurre algo parecido. Si los petisús o los éclairs me vuelven loca de por sí, en su versión mini se convierten en un pecado irresistible. En solo un bocado, se puede disfrutar de todo su sabor y sentir cómo explota la crema en la boca, mientras piensas en comerte ya el siguiente. ¿Alguien que se pueda resistir a esas pequeñas dulzuras?
¿Qué necesito?
Para los petisús
125 gr de mantequilla
125 ml de agua
125 ml de leche
5 huevos talla m
160 gr de harina
5 gr de sal
5 gr de azúcar
huevo para bañar la masa
Crema pastelera
Receta aquí
¿Cómo lo hago?
Ponemos en un cazo a fuego medio, el agua, la leche, la sal y la mantequilla cortada en trocitos. Lo mantenemos al fuego hasta que se derrita la mantequilla, sin dejar que rompa a hervir para que no se nos evapore el líquido. Retiramos el cazo del fuego, añadimos la harina de una sola vez y removemos con una cuchara de madera hasta que se forme una bola de masa lisa. Volvemos a llevar el cazo al fuego y removemos la bola para que se cocine la harina, hasta que se forme una fina película en el fondo y veamos que la bola se despega del cazo. Retiramos del fuego la masa y esperamos un poco hasta que esté templada.
Colocamos la masa en una manga pastelera y formamos los petisús. Bañamos con huevo batido y cocemos durante unos 30 minutos en el horno precalentado a 180º. No abráis la puerta mientras dure la cocción.
Preparamos la crema pastelera a la vainilla (receta aquí) y la colocamos en una manga pastelera con una boquilla especial de relleno o de 4 mm de diámetro. Pinchamos la boquilla sobre la parte superior de cada petisú y rellenamos completamente de crema.
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