Esta tarta está muy de moda últimamente y la verdad es que no me extraña, está buenÃsima y visualmente es preciosa.
¿Qué necesito?
Para el bizcocho:
130
ml de aceite de oliva suave o de girasol
350
g de azúcar blanco
2
huevos grandes
2
cucharaditas de cacao en polvo sin azúcar
1
cucharadita de colorante en pasta rojo. Yo he usado el de la marca
Wilton.
Un
par de gotas de esencia de vainilla
275 ml de buttermilk (la podéis encontrar
en Mercadona o Lidl). Si no, aquà os contamos cómo hacerla en casa.
330
g de harina de reposterÃa
1
cucharadita de soda o bicarbonato sódico
2
cucharaditas de vinagre blanco
Para
la crema de queso:
750
g de queso Mascarpone
300
g de azúcar glas
¿Cómo lo hago?
Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo (en
el 2 en los hornos de gas). Engrasamos con mantequilla o aceite de girasol 3
moldes para bizcochos por capas (layer
cakes). En un bol, tamizamos la harina con el cacao y la reservamos.
Batimos el aceite, el azúcar y los huevos hasta que estén
totalmente mezclados. Batiendo a velocidad baja, añadimos, alternando, la
harina mezclada con el cacao y la buttermilk.
Después mezclamos la soda con el vinagre y cuando haga
burbujitas la añadimos a la masa. Agregamos el colorante rojo y la vainilla y
mezclamos bien.
Repartimos la masa entre los moldes y horneamos durante más
o menos 30 minutos o hasta que al pincharlos con un palillo, éste salga limpio.
Dejamos reposar los bizcochos sobre una rejilla, los desmoldamos cuando estén
templados y los dejamos enfriar completamente.
Para preparar la crema de queso, vaciamos las tarrinas de
Mascarpone en un bol y añadimos el azúcar glas tamizado. Batimos todo hasta que
el azúcar esté integrado.
Para montar la tarta, primero igualaremos los bizcochos si
es necesario con la ayuda de un cuchillo húmedo o de una lira. Tened cuidado al
cortarlos porque el bizcocho es muy esponjoso y se os puede deshacer un poco.
Colocamos el primer bizcocho sobre un trozo de papel de
horno en una superficie lisa y lo cubrimos con una capa de crema de queso.
Podéis untar la crema con una espátula o ayudaros con una manga pastelera (de
esta forma, las capas quedarán totalmente uniformes). Colocamos el segundo
bizcocho encima de la crema y repetimos la operación. Por último, ponemos
encima el último bizcocho.
Ahora que ya tenemos la tarta montada, solo falta cubrirla
con la crema restante. Para eso, primero ponemos una primera capa fina de
crema. Se os van a quedar pegadas migas del bizcocho, que no cunda el pánico,
para eso es esta primera capa. Cuando hayamos cubierto toda la tarta, la
metemos en la nevera durante media hora para que se endurezca un poco. Al pasar
este tiempo, la sacamos de la nevera y aplicamos el resto de la crema hasta que
cubramos toda la tarta de forma uniforme.
Qué pinta... para chuparse los dedos.
ResponderEliminarGracias, Alfon. La verdad es que está buenÃsima. Prueba a hacerla y nos cuentas
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