Magdalenas de cacao y frambuesas

Magdalenas de cacao y frambuesas.


La mezcla de frutos rojos con chocolate es una combinación que nunca falla y en el caso de estas magdalenas no iba a ser diferente.
Tengo que reconocer que son mi perdición. Primero porque al usar cacao en vez de chocolate no resultan excesivamente dulces y después porque ese toque ácido y frutal que dan los trozos de frambuesa es siempre sorprendente, al menos yo nunca me canso. 
Como todo lo que os diga es poco, lo mejor es que las probéis y ya me contaréis si sois tan entusiastas como yo.

¿Qué necesito?

180 gr de harina
45 gr de cacao puro en polvo
160 gr de mantequilla
280 gr de azúcar
200 gr de buttermilk
3 huevos
1 cucharadita de bicarbonato
1 cucharadita y 1/2 de levadura
200 gr de frambuesas

¿Cómo lo hago?

Primero derretimos la mantequilla en un cazo y dejamos que enfríe durante un par de minutos. Mientras tanto, mezclamos en un bol la harina, el cacao, el bicarbonato y la levadura y reservamos.
En otro bol mezclamos, con ayuda de una batidora de varillas, la mantequilla con el azúcar hasta que quede una masa esponjosa y de color claro. Poco a poco vamos añadiendo la buttermilk (aquí tenéis la forma de prepararla en casa si no la encontráis en el super. Si lo de la buttermilk no os convence, siempre podéis sustituirla por yogur natural mezclado con leche en proporción 1/4 de leche y 3/4 de yogur) y los huevos mientras continuamos batiendo.
Cuando tengamos una masa homogénea empezamos a añadir poco a poco los ingredientes secos que habíamos reservado y continuamos batiendo hasta que todos los ingredientes se hayan mezclado perfectamente. 


Por último añadimos las frambuesas lavadas y revolvemos con una cuchara o espátula para que se dispersen bien por toda la masa.
Precalentamos el horno a 180º.
Rellenamos los moldes de magdalenas hasta un poco más de la mitad con la masa. Si queréis, podéis añadir un pellizquito de azúcar sobre la masa (como se suele hacer en las magdalenas) para crear una fina costrita dulce.


Horneamos durante más o menos 30 minutos.
Si os apetece, antes de devorarlas, podéis decorlas con un poco de nata montada y una frambuesa.
Estas magdalenas son muy esponjosas y blandas, tanto que se deshacen en la boca. Si las preferís un poco más contundentes (más del tipo tradicional), una vez frías, metedlas en la nevera en un recipiente hermético durante unas horas y adquirirán más cuerpo.




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